lunes, 20 de febrero de 2012

Le pedí a El que salvara una vida,
Le pedí a El que no permitiera que se fuera de este mundo
sin conocerle a El, sin saber de Su Verdad y Su Luz.

El me preguntaba, si estaba dispuesta a pagar el precio.
Le dije que sí.
Yo pensaba que el precio sería cuidar a un enfermo.
Estaba dispuesta a pagar ese precio por caro que fuera
a pesar de que no soy tan fuerte.

Ahora entiendo que una vida vale mas que todo eso.
Que el precio es muy alto y que yo soy mas fuerte de lo que creí.

No se quien murió entonces, y quien tiene una vida prestada.
Tal vez soy yo.

A veces recuerdo cuando vinieron los hombres de blanco, en aquel
blanco lugar.

LLorabamos los dos.

Alguien dijo, "llevatela ahora" y alguien me llevó fuera de alli.
Cuando me iba, los dos nos miramos. LLorabamos.

Yo no dije nada.
El dijo "no olvides que te quiero" y se fue con los hombres de blanco, para curarse, para salvarse.

Y esta vivo.

A veces le he visto feliz, sin oscuridad a su alrededor.
A veces no se como se encuentra, si bien o mal en su interior.

Me he llevado su odio y su rabia,
su desprecio.

Por eso a veces recuerdo esas palabras :"no olvides que te quiero"
y en la esperanza de que todo esta bien me pregunto:
¿He cumplido bien con mi tarea? ¿He pagado bien el precio?

Algunos que participaron en esta historia triste estan mejor que antes,
unos han encontrado paz, otros alegría, otros han aprendido, muchos crecieron, y otros tienen esperanza.

Todo es amor, desde la forma mas primitiva o despreciable hasta la mas sublime que pueda alcanzar a entender un ser humano.

Vivimos para ensanchar y entender ese amor, para alcanzar esa bella forma sublime, incondicional y bella, pero por nuestra falta de sutileza, nuestro pequeño corazón, tenemos que pasar por las formas de amar mas pobres.

¿He alcanzado algo de eso? ¿He aprendido a amar en el sacrificio?

En las profundidades de mi alma hay una honda tristeza, pero mi hija esta conmigo allí como una luz. Ella se llama luz.

Mi hija mayor se llama corazón y mi hijo pequeño Amor.
Pero ninguno de ellos lo sabe todavia, solo lo sabes Tu.


Y hay un sendero que me ha sido dado como un regalo.
Un sendero al que Tu me has llevado y no se cuando ni como te lo pedí.

Una flor blanca en medio de un desierto.

Y ahora entiendo que una vida vale mas que todo eso.
Que el precio es muy alto y que la fuerza que yo tenga solo viene de Ti.

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